Etiquetas

sábado, agosto 22, 2009

Girls just wanna have fun

...


Hoy es un mal día para tener 32.

La única diferencia es que ahora las mujeres quieren sostener una relación formal, estable y duradera que no les haga perder el tiempo y claro, con el tiempo casarse.

Y es válido.

Y no está mal, también se antoja.

Pero también se antoja el sexo amistoso y desenfadado, el disfrute de los sentidos sin justificación social.

Generalmente cuando llego al plano físico con alguien, me gusta decirle que la quiero, incluso que la amo.

Hay quien se ha enojado, pero, ¡caray! ¿qué tiene de malo? Mentiroso sería yo, si en pleno momento de "pasión" dijera "te amo... y quiero serte fiel, comprometerme sólo contigo y con el tiempo tener hijoooooos. aaaah.mmm.... sí, hijos...."

Eso no me sucede.

Y no que no lo piense. Me gusta la idea de un hijo. Cuando pueda y quiera de verdad. Y con quien quiera.

Soy cariñoso. Soy amoroso. No soy constante si no lo prometo. Tampoco lo pido a cambio. No me voy a casar contigo. No llamaré diario ni te buscaré más que a otr@s. Estoy harto de la novia, de la llamada, del celo infantil e inseguro, de llevarte yo. No serás mi única búsqueda, ciertamente.

miércoles, agosto 05, 2009

cerrar ciclos?

Me caga la frase "cerrar ciclos".

Me SÚPER caga. (Aunque sé que la he usado yo mismo). Pero sí. Me ULTRA caga. Me caga todo aquel que la use, jeje... Me caga más el que de ella abuse. ¿Está de moda? todos se sienten bien chidos diciendo "es que estoy cerrando un ciclo"...

También me caga la gente que ríe demasiado fuerte cuando están nerviosos. Me híper caga.

Mejor chinguen a su madre.

He dicho.

feelings

Ayer lloré mientras hacía el amor.

A la vez, reía con fuerza, la alegría recorrió la habitación vacía.

Nos despedimos riendo y llorando, así debía ser.

No es choro, siempre se me había hecho una mamada llorar cuando le estás dando gusto al cuerpo ¡qué contradicción! solía pensar. Pero qué carajos... 

Las lágrimas de ayer no las fingí, no las forcé, no las propicié.

Tampoco las risas, me sorprendí riendo ¡riendo mucho! por estar con ella, por respirarla y sentirla vibrando. Luego se vinieron las lágrimas de ambos. No fue una escena cursi, ¡lo juro! sólo así sucedió.

Y recomenzaron las risas y hoy las profundas lágrimas. Parece que no, pero sí.