Ahora que está a punto de estrenarse una película basada en la serie de dibujos animados de Alvin y las ardillas, me pongo mucho a recordar las mil veces más simpáticas Ardillitas de Lalo Guerrero.
Sobre estas ardillitas no hubo nunca dibujos y mucho menos animados. A lo más se hacían dibujos para las portadas de los discos y eso era todo. No tenían cara, fue completamente una creación auditiva que, por ahí me dijeron, fue muy innovadora. Su creador Lalo Guerrero fue de los primeros en experimentar con el pitch para lograr la voz de Pánfilo y sus hermanos.
Qué cagadas de risa me puse de niño escuchándolas. Pánfilo era un cábula genial, gandalla, grosero, peleonero, barriobajo hasta el cogote... y sus dos hermanos eran "decentes" pero no por eso menos cábulas. Recuerdo muy bien la voz de Lalo Guerrero. Era rasposa, aguardientosa y barrio.
Así que las gringas, mamonas, pedorras "alvin y las ardillas" no tienen lugar en mi bagage... bueno, las caricaturas sí me gustaban, pero sólo con ver el promocional de la película nueva no me quedan nada de ganas de pagar un (carísimo) boleto de cine para verlas... naaaaaa... asco.
Lalo Guerrero fue un símbolo para los Chicanos. Libró una importante lucha para que esa fracción fuera reconocida en los EU. Fundó una escuela de música para niños: lgsm.org, además de involucrarse en proyectos ecológicos (Art in the Park). En fin. ESO... es bonito. Alvin y las ardillas con su gandallismo gringo, no.
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