Etiquetas

viernes, septiembre 09, 2011

Lo que no quiero


Comprometer tristeza. Me refiero por ejemplo, a cuando estás en una fiesta y no puedes disfrutarla por pensar en tu pareja. Al contrario, en todo caso me gustaría que si mi pensamiento invoca al ser amado, brincara una sonrisa y luego me permitiera seguir inmerso en donde estoy y con quien estoy.

Sí me explico ¿no?

Personalmente, decidí expulsar de mi sistema amatorio desde hace tiempo los celos. Y aunque en días recientes me he reconocido tendiente a caer en esa tentación diabólica (ahí sí uso terminología sagrada, pa que vean), definitivamente me quiero lejos de esas emociones angustiantes que uno mismo propicia y construye; a las que uno solo se encadena. No es cierto, no hay nivel agradable para ello, no hay escalón sano en su jerarquía. Los celos destruyen al amor y al buen deseo. El celoso ofenderá a su amado obstruyéndolo, invadiéndolo, emasculándolo.  Lo ví en mí y lo vi en ti, quien ahora me dueles, aunque sonrío ante tu afán por desencadenarte pues conservo emociones consistentes hacia ti. Y un buen deseo, ese siempre.

En tantas ocasiones he visto cómo el novio, disfrazado de cariñoso, se convierte en verdugo de libertades, asesino de búsquedas. Cruel capador. Yo he ocupado ese sitio y he actuado también el otro rol. No me creo libre ni pienso que jamás volveré a caer, pero intento cada día luchar contra ello.

Definitivamente tampoco quiero prisas. Slow. Hablo de cuestiones emocionales, claro, pero me iré hacia donde creo distinguir la raíz.

Veo muchas series gringas por la noche e invariablemente, cuando presentan escenas "eróticas" lo hacen con recurso de ansiedad, como cayendo ante un vicio, ante una tentación prohibida y urgente, disfrazadas eso sí de deseo intenso, pasión exacerbada e instinto “animal”. Pero para mí eso está lejos de ser erótico. He estado ahí, créeme, y no lo es. Es un desfogue masturbatorio nomás. Sexo capitalista, ese que nunca sacia el deseo sino que genera insatisfacción de largo plazo.

Como hombre lo entiendo y pienso que el camino propuesto por el capitalismo para obtener una buena erección se sustenta en ansiedad, en desahogo ansioso. Claro, no hay tiempo casi para nada, entonces todo debe ser rápido.

Qué diablos, el buen sexo pocas veces se lleva bien con la rapidez.

__

Lector, puede llegar hasta aquí si lo desea y habrá obtenido el mensaje sustancial de este post. Si lo desea, puede también continuar.

__


Manejar la calma, la tranquilidad y el ritmo lento se convierte entonces en un arte de maestros. Lo pienso así porque estamos totalmente expuestos a "estímulos" que nos llevan ráudos al tipo de vida ansioso e insatisfecho que busca generar el capitalismo en el individuo, ¿para qué? la respuesta tan sencilla: ¡para seguir comprando!

Nuestros sentidos per se eróticos pueden convertirse sin complicaciones en generadores de insatisfacción, por ello es necesario ser cuidadosos y permanecer, casi con disciplina oriental, atentos al alma y a la inocencia del instinto.

Regreso: la calma, la tranquilidad y la serenidad se confunden hoy con sueño. A lo más que aspiramos es a caer en el regazo de la persona amada y dormir. La tranquilidad puede ser el espacio en donde la creatividad se nos muestra sonriente, en donde nuestro cerebro segrega las sustancias necesarias para elaborar, calcular, reflexionar, inquirir, entre otras finezas. Pero esclavizados a nuestro consumismo y debido al cansansio que conlleva una vida dedicada a perseguir perennemente una satisfacción inexistente, lo único que se antoja para obtener un poco de tranquilidad, es dormir, y lo peor de todo es que tampoco en el sueño encontraremos el reparo necesario pues el ataque capitalista persiste aún dormidos. Sí, maifren, es un mundo terrible. Observa a tu vecino en el transporte público. Observa ahora a todos los demás. Observa a tus compañeros de oficina. Observa a tu amigo en clases. Observa: todos tienen sueño. Tú tienes sueño. Una somnolencia neurótica que reduce la capacidad mental. Es cierto, no soy paranóico ni estoy declarándome libre de esos síntomas. Yo tambíen tengo sueño.

Escapar a ese terror sí parece un arte de magos o de iluminados.

Volviendo al erotismo: si no viene adrenalizado, entonces el sentimiento es automáticamente guango. Pero no compadres, hay muchas capas en cada emoción que generalmente no alcanzamos a discernir, por pereza.

Dejo aquí una lista de palabras que me resultan deliciosas:

* Melancolía
* Nostalgia
* Reflexión
* Añoranza
* Desconcierto

Pero de rapidito, con prisas y sin detenimiento la filosofía del tipo de vida capitalista resumirá todo a:

* Depresión

¡Por Dios! ¡Qué aburrido!

Y en música le llamaremos "el mal de la balada pitera" con un repertorio de 40 canciones “principales” clonadas, rotando en la programación de una estación, clonada también 6, 7, 12 veces. Revisa el cuadrante.

¿Qué busca esta programación? Cultivar un individuo pusilánime que resuma todas las capas emotivas a una simplista tristeza para así, débil, poder manejarlo más al gusto.

Porque sí, las emociones nos hacen fuertes y eso, a la economía mordaz, no le sirve. Porque si nos permitiéramos ser fuertes, nos daríamos cuenta de que no necesitamos tanto y dejaríamos de consumir. Estaríamos SATISFECHOS, y eso resulta pecaminoso y de mal gusto hoy.

Por ello estimular lo pusilánime. Pero, un momento, déjenme evocar lo siguiente:


pusilánime.
(Del lat. pusillanĭmis).
1. adj. Falto de ánimo y valor para tolerar las desgracias o para intentar cosas grandes. U. t. c. s.


Creo que no son necesarias más explicaciones.

No hay comentarios.: